Mi madre siempre decía: "amigos, con los dedos de una mano" y no le quito la razón, pero mi mano tiene un dedo menos como vacante desde hace mucho tiempo, mi visita.
Una casa en la que llevábamos una semana sin apartar, mientras estábamos aquí reunidos, los ojos del ordenador ha sido revolucionada en cuestión de horas, por no decir minutos.
Lo podríamos llamar nuestro medium, ha conseguido en poco tiempo hacer lo que llevábamos tiempo intentando, contactar con los niños muertos, incluso ha descubierto el nombre de la niña muerta que habita en mi cuarto (Gladis). Además, sus hazañas no terminan aquí, ha creado un nuevo niño, sin nombre aún, pero que esta mañana apareció en el cristal del cuarto de baño.
Cada día me siento un poco más Nikole Kidman en Los otros. Menos mal que sigo vivo, aún... orque la Señora Dogfire no parece de este mundo.
Álvaro
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