domingo, 24 de octubre de 2010

Captain Morgan

 Klaus Badelt - He's A Pirate .mp3
Pulse play para adentrarse en esta aventura

Érase una vez, un capitán que surcaba todos los mares de tu mente, que atracaba en cada sentido y lo exaltaba hasta llegar a su punto cumbre, pero todas las tierras no estaban preparadas para la conquistar de... CAPITÁN MORGAN.

Los vecinos de Galway hablaban de él, que aparecía en el Centra, que aparecía en el Dunnes, pero nunca lo encontramos, nunca lo vimos, aunque todo el mundo nos decía que si lo encontrábamos, un alto precio deberíamos pagar.



20 galeones fue el precio de su presencia en nuestra noche saturnina, para que en tres tomas desapareciese de nuestra vista para que entrase en nuestro ser. Cantamos, bailamos, luchamos en el césped y le cantamos Torito bravo al taxista que nos llevo al centro.



Unos cayeron, otros torearon, otros vomitaron, otros se derrumbaron. A unos les esperaba una cama calentita, a otros una ducha de agua fría, a otros... no dormir en toda la noche por la vida de los caídos.



Capitán Morgan, aquí se presenta un servidor suyo que le acompañará hasta el fin de la estancia Erasmus.



Álvaro



Ron Morgan, qué buena publicidad.

domingo, 17 de octubre de 2010

Duendes malignos




Para empezar mis más sinceras disculpas por no tratarse esta entrada de LABATAMANTA tal y como prometí en la actualización anterior.

Álvaro P.G.



Si este es el concepto que tenías de un duende irlandés, simpático, amable y con un trébol en la mano mientras te invita a pintas; olvídalo a voz de ya. Aquí y ahora vas a descubrir TODA LA VERDAD SOBRE LOS DUENDES IRLANDESES (volume one):
El duende del microondas:

Uno de los duendes más conocidos de Irlanda, que se han ido desperdigando por el resto del mundo con la llegada a nuestra vida diaria de este electrodoméstico, es el microwavelf más conocido como el duende del microondas. Es fácil reconocerlo, porque vive en los microondas de todas las casas y es el que se encarga de echar la taza hasta el fondo cuando se acaba el tiempo. Abres el microondas y dices: "joder, está en el fondo" e ingenioso dices: "voy a ponerlo unos segundos más, para que cuando dé vueltas, me traiga la taza adelante", lo vuelves a abrir y está de nuevo atrás... es imposible, tienes que meter la mano y quemarte, para luego descubrir que la taza está hirviendo y la leche helada.


El duende de las llaves:

Ese gran desconocido, ¿por qué siempre encuentras las llaves de todos tus compañeros menos las tuyas?, ¿por qué tus compañeros siempre se quejan de que encuentran tus llaves en todos los sitios, pero tú no?, ¿es que eres un desordenado y las dejas en cualquier lado?, ¡no!, es el duende de las llaves.


El duende de la basura:

Siempre que pases, el cubo de la basura estará vacío, llega la hora de tirar algo y está hasta el borde. ¿Han sido tus compañeros?, no, el duende de la basura (más conocido como "bin-elf")

El duende de la ropa sucia:

Llega el fin de semana y decides poner una lavadora, la pone, la secas, la planchas, la guardas (todo en el mismo día), por lo que no te cambias de ropa, misteriosamente, aparece un montón de ropa sucia que no sabes quién la ha ensuciado, bueno sí el mud-elf.

El duende de la lavadora:

Este duende procede de la misma familia que los mud-elves, la limpieza de la ropa, pero este tiene un comportamiento bastante similar al microwavelf, este duende habita en las zonas oscuras de nuestras lavadoras, más exactamente, donde se pega la cal, las varillas esas que enseña siempre el hombre de Calgón. 

Llega el sábado de colada, metes toda la ropa que quieres lavar en la lavadora (no olvidéis que hay que meter lo claro con lo claro y lo oscuro con lo oscuro, que hay gente que mezcla to' lo claro... con lo oscuro), te das la vuelta y ves que has olvidado algo, apagas la lavadora, tienes que esperar que se vaya el agua, la abres, la metes, la enciendes, plaf! (qué sería de mi vida sin onomatopeyas), ves que se te ha olvidado otra cosa. Así sucesivamente. ¿Se te olvidan a ti?, ¡no!, el duende te las esconde y luego te las tira por ahí.

El duende del fregadero:

Este duende habita en la rejilla que se llena de piedrecitas cuando la limpias, sí, la rejilla del grifo. Su función es muy parecida a la del duende de la lavadora. Cuando estás fregando, después de ese ratillo que lleva fregar las ollas (what a big pussy! [para los que no saben inglés, ¡Qué coñazo!) te das la vuelta y ves que no hay nada en la mesa, empiezas a recoger el fregadero y cuando está todo limpito y seco... aparece un vaso (siempre lleno de agua por la mitad), en medio de la mesa y tienes que volver a fregarlo, cuando te das la vuelta de nuevo, encuentras un cuchillo jamonero, y tú piensas: "¿Quién coño come jamón en Irlanda?", respuesta: el tappelf

El duende de tu habitación:


Este será el último que daré por hoy, el de tu habitación, aprovechando el fin de semana, como siempre, aprovechas para pasar la aspiradora, recoger la habitación y darle algún que otro cambio a esta para que no parezca que tu habitación es tan mierda como es. Una vez terminas de recogerlo todo, sacas la aspiradora y la llevas al sitio donde se guarda (al hueco de la escalera, que apesta una mezcla rara entre humedad y marihuana), cuando subes a tu cuarto, ves que el suelo está lleno de papelitos por lugares donde sabes que has pasado la aspiradora. Este duende se la conoce como el unvacuum-cleanelf. 
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Tengo una larga lista de duendes que os iré explicando con el paso del tiempo, como el que come pan y te deja el paquete abierto, el que gasta el tiempo de Megaupload o el que se fuma tu tabaco cuando te lo olvidas en el salón.
-O-
Me quedan siete meses de Erasmus y, afortunadamente, todavía me queda mucho por descubrir y contar... aunque algunas me la callaré.


Álvaro

domingo, 10 de octubre de 2010

Diógenes (15m2 de tortura)

Obviamente esta no es mi habitación...
yo solo tengo un ordenador.
Sinceramente, nunca me he considerado la persona más ordenada del mundo, pero debo reconocer que en estos días he llegado al extremo.

Cuando llegamos a Galway y alquilamos la casa, descubrimos que de las cuatro habitaciones que había, dos de ellas eran más grandes que las otras dos. Tras hacer un sorteo con cuatro papeles y una fuente de comer lechuga, yo fui uno de los afortunados en conseguir una de las habitaciones grandes, pero como bien dice mi madre: "¡cuanto más sitio tienes, más mierda!". ¡Cuán sabia mi madre es!

La semana pasada, lavé prácticamente toda la ropa, porque con la dejadez, la había acumulado y me había encontrado prácticamente con lo puesto, así que me quedé en casa un viernes por la noche, como buena ama de casa, y me dediqué a lavar.

Obviamente esta no es mi plancha...
la mía es quizá más rudimentaria.
Cuando se secó, se me ocurrió la teóricamente buena idea de subir el planchero a mi cuarto para ir metiendo las cosas en el armario a medida que planchaba, pero me encontré con un little big problem, la plancha estaba oxidada. Busqué en la Internet cómo solucionarlo y con un poco de sal, problema resuelto. Ahora mi ropa no es apta para personas con problemas de corazón.

¿Qué pasó?, que tal y como la plancha, me enfrié y dejé el planchado por la mitad (consideramos como "mitad" a toda la ropa arrugada dejada caer en el cabecero de la cama... sin más). Con una cosa y con otra, no planchaba, solo lo que iba necesitando, pero no quitaba la plancha del todo. 

Este no era el único problema, sino la primera ficha de dominó de una larga hilera puestas en orden. Mi habitación, como todas las de la casa, solo tiene un enchufe,  ¿y dónde está el enchufe?, pues en un gran lugar, ¡detrás de la cama! 

Ahora por razones lógicas, podéis pensar igual que yo. 
PROBLEMA DE FÍSICA:
Nos encontramos en una habitación de 15 metros cuadrados, en ella encontramos: dos camas, un armario, un maquillador, una mesa que la casera pretendía que me creyese que eso era un escritorio, dos sillas y un enchufe que se encuentra detrás de la cama. 

El dueño de la habitación introduce en ella 20 kilos de ropa, un planchero y una plancha. El cable de la plancha mide menos dos metros y no llega a ningún lugar en el que el planchero pueda ponerse con espacio suficiente para que el dueño de la  habitación pueda planchar. ¿Cuál es la solución más factible?

a) comprar un alargador
b) mover la cama y ponerla en medio de la habitación
c) no planchar e ir con la ropa arrugada como el 90% de la población galwayana, entre ellos mi profesor de "Modernismo y pos-modernismo", muy elegante él con su camisa de rayas azules a relieve (el relieve eran las arrugas)

Si dijiste la c) creyendo que la correcta la iba a poner la última como la última vez, no, es mentira (aunque lo del profesor es verdad), la respuesta correcta es la b), lo que indica que en todo este tiempo de flojera, la cama ha estado en medio de la habitación porque sí. 

Mi gran amiga (nuestra gran amiga) Chatty ha venido a vernos por una semana entera aprovechando el puente (que aquí no tenemos) y que le hace no tener clase. Ella tiene un problema, tiene light sleep (sueño ligero), por lo que con cualquier cosa se despierta, yo tengo otro problema (en realidad lo sigue teniendo ella) ronco) :) Por lo que ella ha tenido que dormir en mi habitación con mi otro compañero y yo dormir en la habitación de mi compañero para que tenga dulces sueños, por lo que me di realmente cuenta de que el cuarto estaba realmente legs-up (patas arriba), por lo que hoy, como un buen señor, porque yo soy muy vanidoso y solo visto Emidio Tucci (guiño a César), me he dispuesto a ordenarlo todo.

Una vez que he ordenado todo, me he dado cuenta las pequeñas grandes mierdas que desprendemos: envoltorios, papeles pintados, capuchas de bolígrafos, papeles de liar por todos lados, la cámara de fotos de tu compañero que lleva más de dos semanas buscando... así que hubo que pasar la vacuum-cleaner, el suelo pareció recobrar color.

En total, con un poquito de aquí, un poquito de allí más, la habitación está limpia. Ya se puede comer allí, porque ya he enjuagao y he enjuago mi enjuago... eso sí, han sido 15 metros cuadrados de tortura en desorden. Una y no más, Santo Tomás.

Álvaro
P.S.: Mamá, cuando vuelva a casa, limpiaré, fregaré, haré de comer, pero no me pidas que planche, por favor.

Y EN LA PRÓXIMA ENTREGA
No os fijéis en mi cara, sino en... LA BATAMANTA

lunes, 4 de octubre de 2010

El asesino de la cuchara

Si pensábamos que teníamos suficiente con los niños muertos, no es así, ahora llega el asesino de la cuchara.
No solo es un asesino, sino que su modus operandi es la sangre fría y de horchata de matar a golpe de cuchara.

El lo hace todo con la cuchara: mata, golpea, aburre, rompe dientes, cansa, corta el cable del teléfono (no me preguntes cómo)... ¡incluso toma sopa!

Pero para más INRI no es el hecho de que exista, sino que está en mi casa, y por partida doble, justo antes de ponerme a escribir en 270diasdeerasmus.blogspot.com  cuando escuché un ruido en el pasillo, pensé que era uno de mis compañeros de piso, pero no fue así, era el asesino de la cuchara... ¡¡¡Y POR PARTIDA DOBLE!!!


Nada más entrar en la habitación, me enseñaron sus armas, dos cucharas soperas, y se lanzaron hacia a mí golpeándome sin pudor ni vergüenza alguna...


Yo solo digo una cosa... no seré como Jack Cucchiaio... ganaré


Álvaro


Más info en: http://www.youtube.com/watch?v=t9-faa56l-s

domingo, 3 de octubre de 2010

Ain't No Sunshine

A mamá, a papá, al novio, a tus amigos...
El tabaco, el alcohol, la Cruzcampo...
El gazpacho, la paella, el pollo al horno...
Tu tele, tu sofá, tu ordenador, tu cama...
A la Esteban, al Follonero, a Manu Sánchez...

Podréis echar de menos muchas cosas,
pero no tanto como un día de sol.

Mi actualización de hoy es corta, pero no tan corta como  un día de sol en Galway...

Álvaro
Para uno que encuentres, disfrútalo...