domingo, 10 de octubre de 2010

Diógenes (15m2 de tortura)

Obviamente esta no es mi habitación...
yo solo tengo un ordenador.
Sinceramente, nunca me he considerado la persona más ordenada del mundo, pero debo reconocer que en estos días he llegado al extremo.

Cuando llegamos a Galway y alquilamos la casa, descubrimos que de las cuatro habitaciones que había, dos de ellas eran más grandes que las otras dos. Tras hacer un sorteo con cuatro papeles y una fuente de comer lechuga, yo fui uno de los afortunados en conseguir una de las habitaciones grandes, pero como bien dice mi madre: "¡cuanto más sitio tienes, más mierda!". ¡Cuán sabia mi madre es!

La semana pasada, lavé prácticamente toda la ropa, porque con la dejadez, la había acumulado y me había encontrado prácticamente con lo puesto, así que me quedé en casa un viernes por la noche, como buena ama de casa, y me dediqué a lavar.

Obviamente esta no es mi plancha...
la mía es quizá más rudimentaria.
Cuando se secó, se me ocurrió la teóricamente buena idea de subir el planchero a mi cuarto para ir metiendo las cosas en el armario a medida que planchaba, pero me encontré con un little big problem, la plancha estaba oxidada. Busqué en la Internet cómo solucionarlo y con un poco de sal, problema resuelto. Ahora mi ropa no es apta para personas con problemas de corazón.

¿Qué pasó?, que tal y como la plancha, me enfrié y dejé el planchado por la mitad (consideramos como "mitad" a toda la ropa arrugada dejada caer en el cabecero de la cama... sin más). Con una cosa y con otra, no planchaba, solo lo que iba necesitando, pero no quitaba la plancha del todo. 

Este no era el único problema, sino la primera ficha de dominó de una larga hilera puestas en orden. Mi habitación, como todas las de la casa, solo tiene un enchufe,  ¿y dónde está el enchufe?, pues en un gran lugar, ¡detrás de la cama! 

Ahora por razones lógicas, podéis pensar igual que yo. 
PROBLEMA DE FÍSICA:
Nos encontramos en una habitación de 15 metros cuadrados, en ella encontramos: dos camas, un armario, un maquillador, una mesa que la casera pretendía que me creyese que eso era un escritorio, dos sillas y un enchufe que se encuentra detrás de la cama. 

El dueño de la habitación introduce en ella 20 kilos de ropa, un planchero y una plancha. El cable de la plancha mide menos dos metros y no llega a ningún lugar en el que el planchero pueda ponerse con espacio suficiente para que el dueño de la  habitación pueda planchar. ¿Cuál es la solución más factible?

a) comprar un alargador
b) mover la cama y ponerla en medio de la habitación
c) no planchar e ir con la ropa arrugada como el 90% de la población galwayana, entre ellos mi profesor de "Modernismo y pos-modernismo", muy elegante él con su camisa de rayas azules a relieve (el relieve eran las arrugas)

Si dijiste la c) creyendo que la correcta la iba a poner la última como la última vez, no, es mentira (aunque lo del profesor es verdad), la respuesta correcta es la b), lo que indica que en todo este tiempo de flojera, la cama ha estado en medio de la habitación porque sí. 

Mi gran amiga (nuestra gran amiga) Chatty ha venido a vernos por una semana entera aprovechando el puente (que aquí no tenemos) y que le hace no tener clase. Ella tiene un problema, tiene light sleep (sueño ligero), por lo que con cualquier cosa se despierta, yo tengo otro problema (en realidad lo sigue teniendo ella) ronco) :) Por lo que ella ha tenido que dormir en mi habitación con mi otro compañero y yo dormir en la habitación de mi compañero para que tenga dulces sueños, por lo que me di realmente cuenta de que el cuarto estaba realmente legs-up (patas arriba), por lo que hoy, como un buen señor, porque yo soy muy vanidoso y solo visto Emidio Tucci (guiño a César), me he dispuesto a ordenarlo todo.

Una vez que he ordenado todo, me he dado cuenta las pequeñas grandes mierdas que desprendemos: envoltorios, papeles pintados, capuchas de bolígrafos, papeles de liar por todos lados, la cámara de fotos de tu compañero que lleva más de dos semanas buscando... así que hubo que pasar la vacuum-cleaner, el suelo pareció recobrar color.

En total, con un poquito de aquí, un poquito de allí más, la habitación está limpia. Ya se puede comer allí, porque ya he enjuagao y he enjuago mi enjuago... eso sí, han sido 15 metros cuadrados de tortura en desorden. Una y no más, Santo Tomás.

Álvaro
P.S.: Mamá, cuando vuelva a casa, limpiaré, fregaré, haré de comer, pero no me pidas que planche, por favor.

Y EN LA PRÓXIMA ENTREGA
No os fijéis en mi cara, sino en... LA BATAMANTA

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